Uno de los legados de la era de Piscis que está llegando a su fin al entrar en la era de Acuario, es el énfasis en el dolor y en el sufrimiento como elemento central de crecimiento y cambio. El Tibetano y la filosofía esotérica se refieren a este paradigma en los siguientes términos:

«Sufrimiento y dolor son requisitos esenciales para llevar a cabo dicho propósito» (R&I:205).
«El dolor ha sido siempre el agente purificador...» (EXT:101).
«El sufrimiento es el modo más efectivo y rápido de evocar el entendimiento mundial y de arrasar con las barreras que los seres humanos erigieron contra la expresión de la voluntad el bien» (EXT:131).

Pero una nueva era está amaneciendo. «Hasta ahora la señal del Salvador ha sido la Cruz, y la cualidad de la salvación ofrecida fue la liberación de la sustanciao de la atracción de la materia y su aferramiento -liberación sólo obtenida a gran costo. El futuro, dentro de su silencio, contiene otros métodos para salvar a la humanidad. La copa del dolor y la agonía en la cruz, casi ha sido apurada. La alegría y la fortaleza ocuparán el correspondiente lugar» (R&I:198).

Es importante que pensemos a las implicaciones de afirmaciones como las siguientes:

«[La] característica del nuevo servidor es la alegría, la cual reemplaza a la crítica (creadora de disidencias), y el silencio elocuente» PE2:121).
«La alegría es la fuerte nota básica de nuestro sistema solar» (PE1:29).

¿Cómo podemos realizar la transición hacia un enfoque centrado en la alegría?