Plegaria
En lo profundo de cada uno de nosotros hay una fuerza interna que nos orienta hacia una forma superior de vida. Un impulso subyacente e insistente nos lleva a buscar algo más grande de lo que nosotros somos y abarcamos, como una flor que se vuelve naturalmente hacia el sol. Esta fuerza impulsora interior no siempre es reconocida, pero en la mayoría de nosotros resulta en la creación de un modo de vivir más iluminado, sea a través de una vivencia espiritual o como servicio de práctica espiritual.
Alrededor de esta fuerza impulsora interior se han creado las muchas técnicas de crecimiento espiritual, las prácticas de las diferentes religiones, los métodos de unión entre el exterior y la vida interior, y de integrar la vida material y la vida espiritual para expresar una nueva «totalidad».
La plegaria u oración ha sido siempre la línea que ha unido los mundos externos e internos (en nosotros y con Dios) y ha servido para formar un canal magnético para la fuerza que nos sostiene.
Existen cuatro tipos de plegaria:
- La oración de petición, concentrada en obtener beneficios personales, pedidos de ayuda, tolerancia, virtudes y / o de curación;
- La oración de intercesión por los demás;
- La oración de acción de gracias, alabanza o adoración;
- La oración contemplativa, en la que el individuo busca encontrar la presencia divina en el nivel intuitivo de la conciencia.
Meditación
La meditación difiere de la oración, ya que es sobre todo una orientación de la mente que produce una nueva realización y afirmación que se convierten en conocimiento formulado. La meditación no es una actividad abstracta como suele ser considerada. Implica concentración, reflexión, comprensión, una clara concepción y formulación de ideas y pensamientos, y la consideración y visualización de los medios de llevarlos a la expresión externa. Mientras que la oración será siempre un enfoque fundamental para muchos de nosotros, el desarrollo actual de la inteligencia exige una forma más mental de acción interior: la meditación de carácter creativo y la capacidad de tener un método positivo y científico de trabajo con las Leyes espirituales.
Afirmación
La afirmación es un método en el cual se trabaja conscientemente con las leyes espirituales. Incluye tanto la oración como la meditación.
Invocación
La invocación es una síntesis de estas tres; el uso simultáneo, la actividad combinada de:
- La plegaria (el sentimiento y / o la intuición);
- La meditación (la mente);
- La afirmación (voluntad).
Esta síntesis de tres métodos da a la invocación una potencia que aún debemos aprender a comprender y actualizar. Invocar significa «traer abajo», o «traer dentro». Es una interpelación, una apelo a algo más alto, un pedido de ayuda o de intervención. Lo mismo se puede decir de la oración, pero hay una diferencia importante entre las dos. En su sentido más específico, la oración es típica del corazón, donde el «corazón» abarca niveles múltiples de la conciencia. La invocación, por otro lado, es una acción interior que incluye y combina el uso de todas nuestras funciones internas. Se trata de una actividad simultánea de la mente (meditación), de los sentimientos y de la intuición (la oración), de la imaginación (visualización), y de la voluntad (afirmación). Es evidente que esta acción integral y sintetizadora de todo nuestro ser, cuando se lleva a cabo con conciencia, otorga a la invocación una potencia incomparablemente mayor y más rica que la utilización por separado de cualquier actividad interna única.