Desde la década del ‘70, la evidencia de los efectos psicológicos del lenguaje de exclusión se ha incrementado. El tipo más generalizado de lenguaje de exclusión es el uso de pronombres masculinos en frases cuyo contexto es sobre la gente en general. Gran parte de la literatura de la Sabiduría Eterna fue escrita en un momento histórico en el cual los pronombres específicos de género (es decir, masculino) eran de uso diario.

Hoy en día los libros que dan consejos sobre publicaciones y escritura como por ejemplo el Manual de Publicación de la American Psychological Association y el Manual de Estilo The Chicago Manual of Style instan a utilizar un lenguaje no sexista y libre de prejuicios. Vemos también que esta filosofía se refleja en la Nueva Biblia Latinoamericana de Hoy. Aquí va un ejemplo de Romanos 12:6-8:

«Pero teniendo diferentes dones, según la gracia que nos ha sido dada,usémoslos: si un hombre tiene el don de la profecía, que lo use en proporción a la fe; 7si el de servicio, en servir; o el que enseña, en la enseñanza; 8el que exhorta, en la exhortación; el que da, con sencillez; el que presta ayuda, con diligencia; el que muestra misericordia, con alegría.»

«Pero teniendo diferentes dones, según la gracia que nos ha sido dada, usémoslos: si el de profecía, úsese en proporción a la fe; 7si el de servicio, en servir; o el que enseña, en la enseñanza; 8el que exhorta, en la exhortación; el que da, con sencillez; el que presta ayuda, con diligencia; el que muestra misericordia, con alegría.»

Las citas de los libros azules, sin embargo, todavía presentan sin ninguna modificación los referentes específicos de género. La solución más fácil es sustituir un pasaje que incluya un referente de género por otro similar sin un referente de género en modo que pueda ser citado sin problemas. Si esto no es posible, hay algunas formas comunes de hacer modificaciones en el texto con el fin de mantener el significado original, mientras se eliminan los referentes específicos de género. Estos modos se ilustran a continuación, utilizando la siguiente frase como ejemplo: «La mente racional del discípulo puede entonces tomar los éxitos y fracasos que él encuentre en su entrenamiento y aprender las lecciones previstas».

  1. Usar comillas parciales y/o corchetes para poder cambiar a un lenguaje no sexista los referentes específicos de género:

«La mente racional» … «puede entonces tomar los éxitos y fracasos que [se encuentren] en su entrenamiento y aprender las lecciones previstas».

  1. Reestructurar la frase de manera que no se requiera el uso de un pronombre personal.

«La mente racional de aquel que se encuentre en el sendero del discipulado puede entonces tomar los éxitos y fracasos que encuentre durante el entrenamiento y aprender las lecciones previstas».

  1. Reestructurar la frase en plural. Esta es una opción menos aconsejable para las lenguas romance donde incluso los plurales son de género. Aquí se ve claramente porqué:

«La mente racional de los discípulos puede entonces tomar los éxitos y fracasos que se encuentren en su entrenamiento y aprender las lecciones previstas».

  1. Sustituir un artículo de género (el, la, un, una) por un pronombre impersonal.

«El razonamiento de la mente puede entonces tomar los éxitos y fracasos que se encuentren en el entrenamiento y aprender las lecciones previstas».

Hemos traducido este artículo al español con la esperanza de generar interés en los lectores, sobre todo para aquellos que son escritores asiduos y que desean publicar artículos en libros o revistas esotéricas en inglés. Sabemos sin embargo que en idiomas como el español, italiano o francés este procedimiento es muchas veces imposible y engorroso. En el material de la Escuela y en este sitio web tratamos de hacer el esfuerzo de minimizar los referentes de género cuando es posible y no genera cambios en el contenido.

Quienes estén interesados en este tema puedan consultar el siguiente artículo en inglés para más detalles:
Towards Inclusive, Bias-Free Language